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Encuentro de lactancia materna en Telde

lactancia materna belumi

Bonita tarde la que pasamos ayer en Belumi (Telde) Sigue leyendo

La importancia de abrazar a tu bebé

Los abrazos demuestran cariño, ayudan a transmitir seguridad y tienen un importante poder tranquilizador y terapéutico en los bebés.

La importancia de abrazar a tu bebé

– Imagen: Mike Renlund

Abrazar a un bebé es un acto instintivo y natural que se realiza para mostrar el cariño y el afecto que se siente por él. Pero más allá del significativo beneficio que reporta al niño el factor afectivo, el abrazo también tiene un importante poder tranquilizador y terapéutico y ayuda a los padres a transmitir a sus hijos una sensación de seguridad y protección que puede repercutir en el desarrollo de su carácter y personalidad. Por ello, la Organización Mundial de la Salud lo recomienda como una técnica saludable y con múltiples beneficios. En este reportaje, enumeramos los seis más importantes.

Bebés y abrazos: beneficios físicos y cognitivos

Distintas investigaciones apuntan que los abrazos proporcionan numerosos beneficios físicos a los bebés: les ayudan a regular la temperatura y sus patrones de respiración, mejoran la estabilidad del ritmo cardiaco, afectan a su ganancia de peso y al crecimiento y favorecen la oxigenación, entre otros. Asimismo, se ha concluido que tienen efectos positivos sobre el área cognitiva, gracias a la estimulación sensorial que se obtiene por el contacto piel con piel y la cercanía con otras personas.

A estas ventajas hay que sumar los beneficios emocionales que reporta esta práctica, como señala Kathleen Keating, terapeuta norteamericana pionera de la abrazoterapia, en su obra ‘Abrázame’: «Abrazar a alguien encierra un poder tremendo. Crea un vínculo entre las personas y rompe las barreras de una manera que ninguna otra cosa consigue».

Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda los abrazos como una técnica saludable y con múltiples beneficios para el bebé. Se considera que mantener un contacto físico estrecho con el niño en los primeros meses de vida es esencial para la formación de su carácter y que, del mismo modo, la falta de esta muestra de afecto puede incidir en el desarrollo de su personalidad.

Las seis ventajas principales de abrazar al bebé

  1. Fortalece los vínculos afectivos: el abrazo es el método más eficaz para transmitir al bebé el afecto que se siente por él y comenzar a crear así el vínculo que le acompañará durante toda la vida. El abrazo es importante en esta primera etapa, sobre todo, para realzar la figura del padre, puesto que al no tener la posibilidad de experimentar el vínculo y cercanía con su hijo que proporciona la lactancia, con el acto de abrazar puede alcanzar un importante grado de intimidad con el pequeño y estrechar los lazos con él.

  2. Proporciona seguridad: después de nueve meses en el vientre materno, protegido de todos los agentes externos, el bebé debe habituarse de un modo brusco a un nuevo entorno y prescindir del efecto envolvente y de seguridad con el que contaba durante la gestación. La madre devuelve al pequeño esta seguridad al tomarle en sus brazos y unirle a su cuerpo lo suficiente para que pueda percibir parte de los sonidos y sensaciones que le acompañaron durante el embarazo.

  3. Tiene un efecto tranquilizador: los bebés lloran con frecuencia, ya que es la forma recurrente que tienen para expresar sus necesidades fisiológicas. Pero en ocasiones también lloran tan solo para reclamar afecto. En ambos casos, el abrazo ejerce un efecto tranquilizador y calmante que ayuda a paliar el llanto y reconforta al pequeño, puesto que evita que se sienta ignorado o abandonado por el adulto.

  4. Facilita la digestión: durante los primeros meses, tanto si la lactancia es materna como artificial, el bebé se alimenta en posición horizontal. Para ayudarle a expulsar los gases y el aire aspirado después de comer, es recomendable abrazar al pequeño en posición vertical y practicarle a la vez un pequeño masaje en la espalda. Esta postura es del mismo modo efectiva para calmar al bebé en el caso de que sufra el denominado cólico del lactante.

  5. Les enseña el mundo: mientras el bebé permanece tumbado en el cochecito o en la cuna, tiene bastante limitada el área de visión. Sin embargo, la posición vertical que adquiere cuando le abraza un adulto le permite observar más allá y adquirir una perspectiva diferente y más atractiva del mundo que le rodea.

  6. Les ayuda a conciliar el sueño: el abrazo ayuda al bebé a relajarse cuando se acerca el momento de dormir y le tranquiliza cuando la falta de sueño le provoca el llanto. En estas ocasiones, lo más recomendable es acunarle con movimientos rítmicos, e incluso, cantarle al oído alguna melodía tranquila.

    Publicado por Marta Vázquez Reina
    En Consumer.es

Bebés lactantes…. adultos más sociables

Artículo interesante y precioso que me ha enviado mi hija  y que plasma muy bien lo que ya sabemos muchas y muchos; los beneficios de la lactancia en TODOS los sentidos.

Gracias Mehida, te quiero

Un estudio demuestra que la lactancia materna podría evitar que el niño desarrollara altos niveles de hostilidad en la madurez

Nuevamente vuelven a ponerse sobre el tapete los beneficios de la lactancia materna. Y una vez más las investigaciones proceden de los países nórdicos, donde más importancia dan a la maternidad y donde más facilidades tienen las mujeres para la conciliación familiar. Las ventajas sobre la salud que tiene en los bebés la lactancia ya están más que demostradas y sabidas, pero ahora empiezan a salir a la luz estudios que ponen también de manifiesto sus muchos beneficios psicológicos.

Un grupo de investigadores finlandeses ha llegado a la conclusión de que la lactancia materna podría evitar que los niños desarrollaran un alto nivel de hostilidad en la etapa adulta, tal y como se publica en un artículo en la revista especializada ‘Journal of Psychotherapy and Psychosomatics’. Para llegar hasta aquí, partieron de la hipótesis de que alimentar con leche materna a un bebé podría protegerle de desarrollar una personalidad hostil en la etapa adulta.
Para comprobar su validez, eligieron aleatoriamente a un total de 1.917 bebés no prematuros. A sus padres se les pidió que informaran sobre el historial de lactancia materna de sus hijos y además revisaran la información de las tarjetas de registro personal que obtienen todas las madres de este país. Asimismo, la hostilidad se valoró con tres escalas en cuatro momentos diferentes: en 1992, 1997, 2001 y 2007, cuando los participantes del estudio tenían 21,5; 26,7; 30,8 y 36,9 años de edad, respectivamente. Después, se valoraron tres aspectos para calcular el nivel de hostilidad: la ‘suspicacia’, la ‘paranoia’ y la ‘ira’.
Conclusiones
Los resultados mostraron que los bebés, la mayoría (un 88%) amamantados durante unos cuatro meses, presentaban una hostilidad media de 2,53 en la edad adulta, con la suspicacia (2,86 versus 2,68) y paranoia (2,36 versus 2,29) mayor entre los hombres y un nivel de ira superior entre las mujeres (2,38 frente a 2,62). Una lactancia materna más larga estaba relacionada con menos hostilidad materna durante el cuidado del bebé, menos ingresos familiares, mayor número de hijos y nacimiento más tardío de los hijos. De estas características familiares, la hostilidad en el cuidado de los hijos y los ingresos familiares bajos guardaban relación con una mayor hostilidad de los niños en su etapa adulta.
La situación marcada por la lactancia materna predice la hostilidad total, la suspicacia y la paranoia, pero no la ira. Aquellas personas que no recibieron leche materna tenían mayores niveles de hostilidad, sobre todo de suspicacia y de paranoia, en la etapa adulta que aquellos que fueron amamantados entre cuatro y seis meses.
No obstante, hay que resaltar que estos estudios todavía no son concluyentes y los propios autores recalcan que necesitarán más investigaciones para conocer mejor la relación entre la lactancia materna y la personalidad del adulto.
Artículo publicado por Lucía Palacios
En El correo edición Vizcaya

El cerebro del bebé

Precioso video en el que Eduardo Punset entrevista a Sue Gerhardt

Para que un bebé sea realmente independiente, debe haber sido primero un bebé dependiente.

Nosotros como adultos hemos aprendido o descubierto maneras de gestionar el estres …. llamamos a un amigo, nos vamos a tomar algo, o nos tomamos una taza de te o un baño caliente, tenemos varias maneras de calmarnos, pero los bebés no, ellos dependen de los adultos para eso. Y a los bebes les resultan estresantes cosas relativamente pequeñas; por ejemplo… para un bebé estar lejos de su cuidador largo tiempo es muy estresante, porque le va en ello la supervivencia, un bebé no sabe si sobrevivirá o no necesita a alguien que le cuide.

Por diversas razones los médicos han subestimado por mucho tiempo la percepción del dolor en los niños pequeños (en el vídeo se explica), esta falsa creencia ha causado en los bebés mucho dolor innecesario, que se ha interpretado como miedo, enfermedad psicológica o simple comedia.

Para seguir viendo el vídeo.

Este es el enlace al vídeo de Redes

La falta de apego entre madres e hijos favorece la obesidad en la adolescencia

Según un estudio publicado en la revista Pediatrics

Investigadores estadounidenses sugieren que en aquellos casos en que el vínculo afectivo se halla debilitado, el riesgo de esta patología es casi el doble.

Un estudio de la Ohio State University, en Estados Unidos, sugiere que la intensidad de la relación madre-hijo puede condicionar el peso de estos últimos durante su adolescencia, tras haber observado que cuanto menos apego tienen a sus progenitoras mayor es su riesgo de obesidad a los 15 años.
En concreto, y según los resultados que publica la edición ‘on-line’ de la revista Pediatrics, el riesgo de obesidad es casi el doble ya que, mientras que uno de cada cuatro niños con bajo apego por sus madres tenía obesidad, apenas el 13% presentaba este exceso de peso si el vínculo era mayor.
Los investigadores analizaron datos de 977 familias participantes en un estudio de atención temprana del niño y desarrollo de la juventud realizado por el Eunice Kennedy Shriver National of Child Health and Human Development.
Todos los niños incluidos en el estudio habían nacido en 1991 y la relación con sus madres se analizó a los 15, 24 y 36 meses de vida. Para esta evaluación, las madres tenían que jugar con sus hijos mientras los investigadores iban clasificando diferentes aspectos de su comportamiento, tales como el apoyo y respeto por la autonomía del menor o determinados signos de control u hostilidad.
Posteriormente, cuando los niños cumplieron 15 años, se les calculó su índice de masa corporal (IMC) a partir de su estatura y peso medio. De este modo, observaron que un total de 241 niños (24,7%) presentaba una relación madre-hijo de baja calidad durante sus primeros años de vida, cuya posterior prevalencia de obesidad en la adolescencia era de un 26,1%.
Según apunta la doctora Sarah Anderson, autora del estudio, esta asociación podría tener un origen cerebral, ya que el área que controla las emociones y las respuestas al estrés, el sistema límbico, es también la que regula el ciclo del sueño, el hambre y la sed, así como una variedad de procesos metabólicos. «Una respuesta al estrés bien regulada podría afectar a cómo comen y duermen los niños, dos factores que influyen directamente en el desarrollo de la obesidad», recuerda esta experta.
Por ello, Anderson y su equipo proponen que las estrategias de prevención del sobrepeso y la obesidad no se centren exclusivamente en la alimentación y la práctica de ejercicio e incluyan también estrategias para mejorar el vínculo madre-hijo. «Se deben mejorar los lazos afectivos entre madres e hijos en lugar de centrarse sólo en la ingesta de alimentos», advierte.
Extracto en Pediatrics 
Publicado en  Jano.es

El primer plan de parto y nacimiento nacional

¡Que bueno! poder contar con algo así y desde el Ministerio, algo que irá ayudando cada vez más a ese respeto que necesitamos las mujeres y nuestros bebés en el momento del parto y el nacimiento.

Ha salido el nuevo documento del Plan de Parto y Nacimiento del Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad, un documento imprescindible para la implantación de la Estrategia de Atención al Parto Normal, promovida por el Observatorio de Salud de las Mujeres.

“Este plan de parto es un documento en el que la mujer puede expresar sus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso del parto y el nacimiento. Disponer de esta información por escrito será de gran ayuda para el equipo profesional que atiende en el momento del parto, facilitará la comprensión del proceso y la participación activa tanto de la mujer como de su pareja o acompañante, y evitará tener que comunicar sus preferencias el día del parto, momento en que el estado emocional y físico es más vulnerable y la mujer se halla centrada en el proceso vivencial.”

Felicitamos la publicación de este documento como una herramienta más para abrir opciones de diálogo con los profesionales que acompañan y atienden el proceso del embarazo y parto.

Para descargar el documento pincha aquí.

Los demás documentos de la Estrategia de Atención al Parto Normal encontrareis en esta página.

Publicado en el Blog de El parto es nuestro.com